El segundo lunes del mes de julio reunimos de nuevo a algunos de los mejores sumilleres de nuestro país en un evento celebrado en el Restaurante La Casita de El Pradal.
En esta ocasión nos acompañaron:
Alex Rodríguez Sánchez-Pardo (Jefe de sala de La Terraza del Casino** – Madrid)
Mª José Huertas (Sumiller del Restaurante La Terraza del Casino** – Madrid)
Juanma Galán (Sumiller del Rte. Ramón Freixa** – Madrid)
Álvaro Prieto (Sumiller y Jefe de sala del Restaurante Aspen – Madrid)
Fran Ramírez (Director y sumiller del Rte. Alabaster – Madrid)
Óscar Marcos (Director y sumiller del Rte. Alabaster – Madrid)
José María Recio (Rte. Director de Alimentos y Bebidas en The Principal Madrid Hotel de Ramón Freixa)
Ángel Luis Vellón (Sumiller del Rte. Il Bambino – Madrid)
Carmen González (Directora de restauración y sumiller del Grupo El Pradal – Madrid)
Patricia Simón (Consultora)
Luis Martín-Portugués Salgado (Sumiller del Rte. La Casita de El Pradal)
Alfonso Pérez (Maître Rte. El Pradal)
La concentración de tanta nariz y paladar de lujo tenía como objetivo descubrir algunas joyas lácteas…
…que Rubén Valbuena había traído de la Quesería Cultivo, incluso un queso creado exclusivamente para este evento en su quesería Granja Cantagrullas. Como compañeros algunos vinos singulares:
Petit pittacum rosado 2015 (mecía y godello) de la Bodega Pittacum, acompañado de un queso Torrejón Cantagrullas. De pasta cerrada, tierno, con cierta humedad y no prensado, este queso destaca por su formato y su corteza encenizada.
Val de la Loba 2014 (mencía, 12 meses de barrica) de la Bodega Pittacum, en armonía con el queso Braojos Cantagrullas. Este queso tiene un sorprendente aroma a leche de oveja y una consistencia cremosa comparable a la de la nata espesa. Su sabor es dulce y aterciopelado, con ligeros matices de acidez. Su afinado dura entre 18 y 35 días. Uno de los quesos más personales de Cantagrullas.
Ahora Rubén nos quiere emocionar con un vino nacido en Perú, Quebrada de Ihuanco, el único vino de uva quebranta en el mundo, en Perú es donde crece exclusivamente esta cepa. José Moquillaza y Camilo Quintana crearon este primer vino fino de Quebranta del Perú. Presente en la carta de alguno de los mejores restaurantes del mundo, allí en Perú lo probó Valbuena y quiso compartirlo con los sumilleres. Es un clarete o rosado, de viña franca, con la personalidad del terruño de San Juan de Ihuanco (Cañete).
Rubén creó para este vino en exclusiva y para el día de hoy un sorprendente queso, Kaffa Cantagrullas, con notas y matices de café, de una densidad muy interesante, un nuevo y sorprendente queso del gurú del queso artesano.
Después seguimos con un Prohibición 2012 (garnacha tintorera) que acompañamos con el queso Cabraflor (elaborado por Judith Carreira Ruiz Eroles en Formatges de l’Abadessa. En La Seu d’Urgell). Con una gran experiencia en la elaboración de las mejores queserías artesanas de Cataluña, queso tipo torta de leche cruda de cabra que se caracteriza por su suavidad.
Para seguir con un Pittacum Aurea 2007 (mencía) en armonía con el queso Melgoso Cantagrullas, Esta tome de unos 6 kg de peso es una pasta cocida de leche cruda de oveja. Curado durante 4 a 6 meses sobre tabla de madera, desarrolla una corteza enmohecida natural que se cepilla cada dos semanas. De pronunciado sabor a leche de oveja y una ligera acidez, funde muy bien y aromatiza los platos de forma sutil.
Y terminamos con el vino Pittacum dulce 2011 (garnacha tintorera, cuatro años en barrica) que disfrutamos con el queso Calvario Cantagrullas, un azul muy especial, de pasta muy elástica y emocionante sabor. Este queso azul, una de las últimas incorporaciones al ejercito quesero de Cantagrullas, destaca por su cremosidad y ternura, que combinan perfectamente con una acidez muy equilibrada de fondo que nos permite hablar de un queso suave a la vez que muy personal y con un carácter definido, combinación difícil de conseguir en los quesos azules, donde en muchas ocasiones la excesiva potencia del Penicillium Roqueforti no nos permite apreciar otros matices en el queso.
…un vino que no está en el mercado y que supuso para Alfredo Marqués, enólogo de Pitacum un autentico reto. Una sorpresa para todos los presentes.
Una cata excepcional que dará paso al último lunes de julio donde cerraremos este ciclo de Hablamos de Vinos al Sol en la terraza del Restaurante de La Casita de El Pradal.
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